El proyecto se emplaza en una parcela en esquina de 340 m2 situada entre medianeras y donde la calle no ofrece ningún tipo de aliciente, por lo que se opta por generar un paisaje interior donde el patio se erige como el verdadero protagonista del proyecto.
La vivienda se concentra en un volumen de dos plantas en la esquina de la parcela y del cual nace un extenso porche, formando un esquema en L que dan fachada a toda la parcela y contienen el patio sobre el que se vuelcan las estancias más importantes de la vivienda.
La zona de día se desarrolla en planta baja y se orienta hacia el este sobre el patio y la piscina. El salón queda vinculado a la planta de dormitorios mediante una doble altura y una escalera de huella voladas.
En la planta alta se encuentran los dormitorios y la zona de lavandería, esta vinculación facilita el día a día de los propietarios.